Desde una perspectiva auténticamente cristiana la trascendencia es el ideal de alcanzar el éxito en todo lo que uno emprende dentro de la voluntad de Dios y de acuerdo con el diseño único que caracteriza a cada persona. Implica sobresalir, ir más allá de los límites naturales y perdurar más allá de la existencia de uno mismo, hasta dejar un legado que pueda ser bien aprovechado por generaciones venideras. El milagro de la trascendencia ocurre gracias al factor “Dios” conjugado en la vida del creyente, a través del poder del Espíritu Santo. Lo cual no es exclusividad de una élite especial, ni es un secreto escondido, sino más bien, que lo sobrenatural de Dios para trascender puede ser aprendido en las enseñanzas, principios y valores sustentados en la Palabra de Dios que pueden ser compartidos a través de las experiencias de creyentes que ya han trascendido y están haciendo la diferencia en la actualidad.